sábado, 25 de julio de 2020

Responsabilidad Social Empresarial: ¿Una realidad o fachada?


La Responsabilidad Social Empresarial (RSE), es un tema que ha sido ampliamente abordado en las últimas décadas, pero por la gran cantidad de aristas que se manejan de este importante tópico, no se ha logrado definir una conceptualización que tenga aceptación generalizada. Un aspecto clave en el desarrollo de la RSE es que el vínculo que se dé entre las organizaciones y la sociedad, se fragüe por convicción de las empresas y no que sea producto de imposición de organismos gubernamentales, ya que dejaría de ser voluntaria, y por tanto, no encuadraría como RSE propiamente dicha.

¿A cuáles propósitos se debe encaminar la RSE?

Existen diversos y disimiles propósitos en los que los ejecutivos y las organizaciones empresariales resuelven y sustentan acciones relacionadas y vinculadas, o al menos así se asume, con la responsabilidad social. Donaciones a las comunidades que le son aledañas, contribuciones a obras sociales, participación activa en programaciones culturales, colaboración en campañas educativas y de formación social, son algunas, entre otras muchas, que son tomadas, a veces sin razón, como parte de la RSE de las organizaciones. Lo anterior da pie para señalar que en oportunidades, tal vez por desconocimiento, se confunde a la RSE con la filantropía, dado que la filantropía se trata de un término manejado de manera positiva, para referirse a la ayuda que se le da a alguien, persona o institución, sin esperar nada a cambio.

Ahora bien, si en oportunidades lo que se asume como aporte a la sociedad se hace de forma desinteresada, en otras tantas, su motivación al contrario es debida al cumplimiento de obligaciones legales, disminución de riesgos empresariales, gerencia de imagen y reputación corporativa, búsqueda de aceptación del entorno donde se acciona, así como ganarse la legitimidad y confianza social, sostenibilidad del negocio en el tiempo, entre otros; todos fines legítimos, pero que no son desinteresados, aunque esto, por su supuesto, no tiene nada de malo.

La RSE se encuadra dentro de un proceso fortalecido por la serie de valores y principios de quienes se auto - comprometen a trascender el cumplimiento de sus deberes meramente organizacionales, afrontando dificultades de muy diversa naturaleza. Sin la intención de estar dando definiciones de RSE, parece claro, que según estudiosos de la materia, una característica para que la RSE sea considerada como tal, es que sea voluntaria, y si bien, como acotamos anteriormente, las contribuciones empresariales impuestas por ley pueden ser beneficiosas para la sociedad, las mismas no estarían enmarcadas en el ámbito de la RSE.

La ética de las empresas y su responsabilidad social
La ética empresarial tiene tal nivel de dificultad, que un connotado estudioso de los temas gerenciales como Peter Drucker, sostenía que no existía una ética propia de los negocios, ni hace falta tal cosa, ello en el sentido de que la ética de las personas es apropiada para cubrir las situaciones que se les presentan a las empresas.

Ciertamente las organizaciones son movidas por las personas, y la ética de éstas por supuesto tiene una influencia en el comportamiento que en este sentido tengan las entidades, sin embargo, hay quienes se atreven a fijar posición sobre la existencia de una ética empresarial. En contraposición a lo anotado, se afirma que la ética empresarial no es, en si misma, algo distinto de la ética en general, y se puede sostener que en la empresa no es sino la aplicación concreta de los principios objetivos de la ética, para que quienes laboran en el mundo de los intercambios económicos, adquieran hábitos operativos convenientes que les faciliten alcanzar la felicidad, meta ultima de cualquier persona.

Es menester resaltar que la desatención a la ética propicia que se produzcan prácticas de corrupción, especulación y degradación de los individuos y de la sociedad en general, por lo que la ética empresarial no debería ser una opción, sino la única alternativa para asegurar la sobrevivencia. A efectos ilustrativo, es necesario referirse a la paradigmática debacle de la empresa Enron dentro de los escándalos financieros más renombrados ocurridos en Estados Unidos, potencia económica mundial indiscutible, y si bien no fue el primero ni será el ultimo, si fue el caso que cambió la manera de percibir y tratar los fraudes empresariales debido a la gran cantidad de personas e instituciones que se vieron afectadas por el mismo.

RSE: Dimensiones interna y externa
EL énfasis que se hace respecto a la RSE es el atinente a su dimensión externa, pero hay que dejar claro que ella no es la única. A este respecto debe indicarse entonces que la RSE puede clasificarse en dos categorías: interna y externa, siendo la primera dirigida especialmente a los trabajadores a través de programas de capacitación y recreación para ellos y sus familias, estando la segunda categoría, la externa, referida a la comunidad, principalmente a través de acciones filantrópicas, inversión social, donaciones, patrocinios, alianzas estratégicas, así como mediante la creación de fundaciones o asociaciones sin fines de lucro.

En su dimensión interna la RSE, afecta, en primer término, a los trabajadores y hace referencia a la promoción del capital humano en los trabajadores (la gestión de los recursos humanos), a las medidas de seguridad e higiene en el trabajo, así como a la gestión del impacto ambiental y de los recursos naturales.

Sobre la dimensión externa hay que recalcar que las compañías forman parte de la economía y colectividad en la cual llevan a cabo sus actividades, y las cuales tienen diversos impactos sobre ellas. La dinámica de las empresas origina consumo, ahorros, inversiones y crecimiento, elementos valiosos en el desarrollo de las comunidades en donde se encuentran al generarse riquezas, de las cuales se beneficiaran sus miembros mediante el desarrollo de las diferentes variantes de la RSE.

Para cerrar
El contraste de organizaciones empresariales prosperas y sociedades pobres, difícilmente logrará seguir de la mano por mucho tiempo más, ya que llegado el caso de darse situaciones extremas, como ya de hecho ocurre en muchos lugares de este mundo globalizado, los deterioros económicos y sociales contribuirán a perfilar un horizonte de profundas modificaciones en los patrones de inserción social empresarial.

Independientemente del modelo económico que prevalezca en una nación, los actores privados y públicos, por instinto de conservación, van a tener que tratar de conciliar sus diferencias e intentar ponerse de acuerdo en las líneas más trascendentales, debiéndose enfatizar en este sentido, que mientras no se logre alinear en sus fines últimos al sector político y al sector empresarial, será la sociedad la que pague la factura de la incomprensión, en este caso, con un deterioro progresivo del poder de compra, del abastecimiento y de la calidad de vida en general. 

Nota: Escrito preparado con base a párrafos tomados del artículo La Responsabilidad Social Empresarial. Ejemplo práctico de gestión ética en y para los negocios, publicado en la Revista Visión Contable (diciembre 2015).

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