La
Responsabilidad Social Empresarial (RSE), es un tema que ha sido ampliamente abordado
en las últimas décadas, pero por la gran cantidad de aristas que se manejan de
este importante tópico, no se ha logrado definir una conceptualización que
tenga aceptación generalizada. Un aspecto clave en el desarrollo de la RSE es
que el vínculo que se dé entre las organizaciones y la sociedad, se fragüe por convicción
de las empresas y no que sea producto de imposición de organismos
gubernamentales, ya que dejaría de ser voluntaria, y por tanto, no encuadraría
como RSE propiamente dicha.
¿A cuáles propósitos se debe encaminar la RSE?
Existen diversos
y disimiles propósitos en los que los ejecutivos y las organizaciones
empresariales resuelven y sustentan acciones relacionadas y vinculadas, o al
menos así se asume, con la responsabilidad social. Donaciones a las comunidades
que le son aledañas, contribuciones a obras sociales, participación activa en
programaciones culturales, colaboración en campañas educativas y de formación
social, son algunas, entre otras muchas, que son tomadas, a veces sin razón,
como parte de la RSE de las organizaciones. Lo anterior da pie para señalar que
en oportunidades, tal vez por desconocimiento, se confunde a la RSE con la filantropía,
dado que la filantropía se trata de un término manejado de manera positiva,
para referirse a la ayuda que se le da a alguien, persona o institución, sin
esperar nada a cambio.
Ahora bien, si
en oportunidades lo que se asume como aporte a la sociedad se hace de forma
desinteresada, en otras tantas, su motivación al contrario es debida al
cumplimiento de obligaciones legales, disminución de riesgos empresariales,
gerencia de imagen y reputación corporativa, búsqueda de aceptación del entorno
donde se acciona, así como ganarse la legitimidad y confianza social,
sostenibilidad del negocio en el tiempo, entre otros; todos fines legítimos,
pero que no son desinteresados, aunque esto, por su supuesto, no tiene nada de
malo.
La RSE se encuadra dentro de un proceso
fortalecido por la serie de valores y principios de quienes se auto - comprometen
a trascender el cumplimiento de sus deberes meramente organizacionales,
afrontando dificultades de muy diversa naturaleza. Sin la intención de estar
dando definiciones de RSE, parece claro, que según estudiosos de la materia, una
característica para que la RSE sea considerada como tal, es que sea voluntaria,
y si bien, como acotamos anteriormente, las contribuciones empresariales
impuestas por ley pueden ser beneficiosas para la sociedad, las mismas no
estarían enmarcadas en el ámbito de la RSE.
La ética
de las empresas y su responsabilidad social
La ética
empresarial tiene tal nivel de dificultad, que un connotado estudioso de los
temas gerenciales como Peter Drucker, sostenía que no existía una ética propia
de los negocios, ni hace falta tal cosa, ello en el sentido de que la ética de
las personas es apropiada para cubrir las situaciones que se les presentan a
las empresas.
Ciertamente las
organizaciones son movidas por las personas, y la ética de éstas por supuesto
tiene una influencia en el comportamiento que en este sentido tengan las
entidades, sin embargo, hay quienes se atreven a fijar posición sobre la
existencia de una ética empresarial. En contraposición a lo anotado, se afirma
que la ética empresarial no es, en si misma, algo distinto de la ética en
general, y se puede sostener que en la empresa no es sino la aplicación
concreta de los principios objetivos de la ética, para que quienes laboran en
el mundo de los intercambios económicos, adquieran hábitos operativos
convenientes que les
faciliten alcanzar la felicidad, meta ultima de cualquier persona.
Es menester resaltar
que la desatención a la ética propicia que se produzcan prácticas de corrupción,
especulación y degradación de los individuos y de la sociedad en general, por
lo que la ética empresarial no debería ser una opción, sino la única
alternativa para asegurar la sobrevivencia. A efectos ilustrativo, es necesario
referirse a la paradigmática debacle de la empresa Enron dentro de los
escándalos financieros más renombrados ocurridos en Estados Unidos, potencia
económica mundial indiscutible, y si bien no fue el primero ni será el ultimo,
si fue el caso que cambió la manera de percibir y tratar los fraudes
empresariales debido a la gran cantidad de personas e instituciones que se
vieron afectadas por el mismo.
RSE:
Dimensiones interna y externa
EL énfasis que
se hace respecto a la RSE es el atinente a su dimensión externa, pero hay que dejar
claro que ella no es la única. A este respecto debe indicarse entonces que la
RSE puede clasificarse en dos categorías: interna y externa, siendo la primera
dirigida especialmente a los trabajadores a través de programas de capacitación
y recreación para ellos y sus familias, estando la segunda categoría, la
externa, referida a la comunidad, principalmente a través de acciones
filantrópicas, inversión social, donaciones, patrocinios, alianzas
estratégicas, así como mediante la creación de fundaciones o asociaciones sin
fines de lucro.
En su dimensión interna la RSE, afecta, en primer
término, a los trabajadores y hace referencia a la promoción del capital humano
en los trabajadores (la gestión de los recursos humanos), a las medidas de
seguridad e higiene en el trabajo, así como a la gestión del impacto ambiental
y de los recursos naturales.
Sobre la dimensión externa
hay que recalcar que las compañías forman parte de la economía y colectividad
en la cual llevan a cabo sus actividades, y las cuales tienen diversos impactos
sobre ellas. La dinámica de las empresas origina consumo, ahorros, inversiones
y crecimiento, elementos valiosos en el desarrollo de las comunidades en donde
se encuentran al generarse riquezas, de las cuales se beneficiaran sus miembros
mediante el desarrollo de las diferentes variantes de la RSE.
Para cerrar
El contraste de
organizaciones empresariales prosperas y sociedades pobres, difícilmente
logrará seguir de la mano por mucho tiempo más, ya que llegado el caso de darse
situaciones extremas, como ya de hecho ocurre en muchos lugares de este mundo
globalizado, los deterioros económicos y sociales contribuirán a perfilar un
horizonte de profundas modificaciones en los patrones de inserción social
empresarial.
Independientemente
del modelo económico que prevalezca en una nación, los actores privados y
públicos, por instinto de conservación, van a tener que tratar de conciliar sus
diferencias e intentar ponerse de acuerdo en las líneas más trascendentales,
debiéndose enfatizar en este sentido, que mientras no se logre alinear en sus
fines últimos al sector político y al sector empresarial, será la sociedad la
que pague la factura de la incomprensión, en este caso, con un deterioro
progresivo del poder de compra, del abastecimiento y de la calidad de vida en
general.
Nota:
Escrito preparado con base a párrafos tomados del artículo La Responsabilidad Social Empresarial. Ejemplo práctico de gestión ética en y para los negocios, publicado
en la Revista Visión Contable (diciembre 2015).
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