El lavado de
dinero, la legitimación de capitales, como lo hemos comentado en publicaciones
anteriores en este Blog, es llevado a cabo a través de múltiples tipo de
actividades, resaltando entre ellas, por ser la más común y visible, el tráfico
de drogas.
En nuestro artículo anterior (Legitimación de capitales a través del sistema financiero:Caso Epistein), abordamos el caso del blanqueo de dinero por medio de la pedofilia, un asunto realmente bochornoso, pero que debido al gran poder político y económico de los involucrados, alcanzó una gran dimensión.
En esta oportunidad, hablando de poder, reseñaremos el mayor escándalo de corrupción institucional que se conozca en Latinoamérica, tal como es el caso de Odebrecht.
El escándalo de Odebrecht
Brasil, un país calificado
como potencia emergente, sufre todos los rigores del desarrollo, y como muestra
papable de ello, se tienen las graves repercusiones que ha producido en varios
países en Latinoamérica, Venezuela entre ellos, el escándalo de la empresa
brasilera Odebrecht, compañía con negocios diversificados en los sectores de
ingeniería y construcción, industria, y en el desarrollo y la operación de
proyectos de infraestructura y energía.
A partir de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló en diciembre de 2016 los documentos sobre presuntos sobornos que Odebrecht admitió pagar en varios países de América Latina, el escándalo no ha parado (CNN Español, 2017). Naciones tales como Argentina, Colombia, Ecuador, México, Perú, Brasil, y por supuesto, Venezuela, son algunas, por citar las más relevantes, que se han visto salpicadas por este inmenso entramado de negocios turbios, en el cual se encuentran implicados gran cantidad de funcionarios gubernamentales y empresarios, en el mayor caso de corrupción panregional del que se tenga registro.
En todos los países de la región, con excepción de Venezuela, el caso de Odebrecht ha tenido y sigue teniendo, consecuencias políticas tremendamente trascendentales, comenzando por Brasil, que ha hecho que presidentes en varios países de Latinoamérica, así como muchos importantes ministros de los equipos de gobierno, hayan sido enjuiciados, con la consecuente renuncia o destitución de muchos de ellos, y algunos de éstos, hoy en día tras las rejas, por haber sido condenados por los graves delitos cometidos.
Dicho lo anterior, llama la atención, o quizás no tanto, que sea Venezuela el único país de toda la región en el cual no ha habido repercusiones políticas y judiciales relevantes, esto a pesar, de acuerdo a la información suministrada por la misma gente de Odebrecht, que nuestro país es la nación, luego de Brasil, en el cual hubo más sobornos relacionados con el blanqueo de dinero vía corrupción gubernamental, en el cual están supuestamente involucradas las más altas esferas del poder político del país.
Este asunto de Odebrecht, el cual explotó en el año 2016, todavía hoy en el 2020, sigue trayendo secuelas políticas - económicas muy importantes en Latinoamérica, cuyos desenlaces siguen provocando terremotos en muchos países, tal como es el caso de México, en el cual aparecen involucrados expresidentes de esa nación como Salinas de Gortari, Peña Nieto y Felipe Calderón.
Caso Odebrecht (México). Un video, maletas llenas de billetes y tres expresidentes
Reflexiones
El problema de la corrupción en una gran cantidad de organizaciones en todo el mundo, tiene una masiva y dañina presencia en la sociedad, y por supuesto, en Latinoamérica, este flagelo se refleja con gran crudeza, causando estragos en su economía y en el nivel de vida de su gente, y el caso Odebrecht es una muestra patente de ello.
La impunidad absoluta en este caso de corrupción en Venezuela, y en otros muchos más, ha propiciado un ambiente de tolerancia respecto a los fraudes y desfalcos en la sociedad venezolana en general, que ha perjudicado y perjudica el adecuado desenvolvimiento de las empresas e instituciones en nuestro país. Ciertamente, el problema de la corrupción en Venezuela no es nuevo ni nada por el estilo, y si bien ella quizás fue una de las causas principales para que se produjesen los cambios políticos en el país que aún están en pleno desarrollo, la corrupción en nuestra nación, lejos de disminuir, más bien se ha incrementado.
En verdad la ética y la economía en los países latinoamericanos no es una preocupación de reciente data, y si bien este es un problema de primordial importancia, infortunadamente su abordaje se ha pospuesto más de lo debido. Al respecto ya Kliksberg (2001), hace casi dos décadas atrás, avizoraba lo que se venía venir, y planteaba de manera acertada lo siguiente:
Cómo
pueden diseñarse políticas económicas, asignarse recursos, determinarse
prioridades, sin discutir los aspectos éticos, la moralidad de lo que se está
haciendo a la luz de los valores que deberían ser el norte del desarrollo y la
democracia. En América Latina esa discusión ha sido postergada. Es hora de
retomarla porque puede arrojar muchas luces en una época de fuertes confusiones
(p. 653).
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Referencias
CNN Español (2017). ¿En qué va el caso Odebrecht? Cronología interactiva del escándalo. Disponible en: http://cnnespanol.cnn.com/2017/03/07/en-que-va-el-caso-odebrecht-cronologia-del-escandalo/ Consulta: 2020, agosto 28.
Kliksberg, Bernardo (2001). Ética y economía. La relación marginada. Revista Venezolana de Gerencia. Año 6. Nº 16, pp. 653-659. Universidad del Zulia.